
Posibilidades de abrir una empresa en Andorra
Iniciar un negocio en Andorra ofrece grandes ventajas para los inversores extranjeros gracias a su baja fiscalidad y a la proximidad con mercados como España y Francia. El país presenta un entorno atractivo con diversas opciones para establecer una empresa, siempre que se cumplan los requisitos legales y de residencia.
En Andorra se pueden constituir distintos tipos de sociedades, siendo las más habituales la Sociedad Limitada (SL), con un capital mínimo de 3.000 euros, y la Sociedad Anónima (SA), que requiere un capital de 60.000 euros. Para la aprobación de la empresa, es necesario solicitar una autorización previa de inversión extranjera, especialmente si la participación de capital extranjero supera el 10 %. Una vez aprobada, los futuros empresarios deben seguir otros pasos como la apertura de una cuenta bancaria andorrana y la inscripción en el Registro Mercantil, un proceso que puede durar entre tres y cuatro meses.
Andorra cuenta con algunos de los impuestos más bajos de Europa: el impuesto de sociedades es del 10 % y el IVA (conocido como IGI) se sitúa en el 4,5 %. Para los inversores que deseen establecer su residencia y operar desde Andorra, esta estructura fiscal representa una gran ventaja en comparación con países como España o Francia, donde los impuestos sobre la renta y sociedades son significativamente más altos. También ofrece beneficios laborales con un coste más bajo en las contribuciones a la seguridad social y otros gastos asociados, lo que puede reducir los costes operativos generales hasta en un 30 %.
Para establecer una empresa en Andorra, también es necesario disponer de una oficina física en el país, y en el caso de una empresa dirigida por un residente español o francés, será obligatorio contratar al menos a un trabajador residente en Andorra. Esto contribuye a la creación de empleo local y puede favorecer la aprobación de permisos de inversión y residencia.
Además del entorno empresarial favorable, Andorra ofrece otras ventajas como su ubicación estratégica, la alta calidad de sus infraestructuras y los convenios de doble imposición con siete países, lo que facilita las operaciones internacionales para las empresas que operan en varios mercados.
Con estas condiciones, Andorra se presenta como un destino atractivo para empresarios que buscan un entorno regulador accesible, costes laborales razonables y beneficios fiscales competitivos, en un país con alta calidad de vida y seguridad.